miércoles, 16 de enero de 2013

Ajedrez ausente


1) Ajedrez del diablo

El único defecto que le encuentro al Diccionario del Diablo de Ambrose Bierce es la falta de una definición de “ajedrez”. Claro que tenemos la lúcida malicia de Flaubert, pero ¿para qué resignarse con algo pudiendo tener más? Así pues, me invento que he encontrado un ejemplar de la obra de Bierce en el que aparece la definición de “ajedrez”. Y esta es:

AJEDREZ. 1. Deporte que consiste en estar sentado y levantar objetos que no pesan, y que termina cuando uno de los jugadores se cansa de sostener la cabeza entre sus manos. 2. Arte marcial del cerebro que fomenta las ganas de asesinar, la hipocresía y la idea de que ser tonto es lo contrario de ser humano. 3. Prueba del ocho por ocho de que se es tonto.


2) Ajedrez sin Maupassant o viceversa

Tengo en PDF las 1144 páginas de Maupassant Original Short Stories. Podría tener una tortuga o un cactus, lo sé, pero la cultura es barata, no hay que alimentarla ni regarla, y un PDF no ocupa lugar en el espacio. La cosa es que 1144 páginas son demasiadas para que no haya ni la frecuente referencia inútil al ajedrez, o eso me parece, y como no sé si esto supone un desprestigio para Maupassant o para el ajedrez, he decidido salir de dudas escribiendo el microcuento…


Mates del loco del pasillo

Habíamos terminado de fumar las pipas de crack. El edificio en construcción regurgitaba la noche. Hacía frío y las ratas no daban calor. Vimos cómo el loco venía arrastrándose por el pasillo, deslizándose sobre un vómito de ketamina. Sin mantener el equilibrio, nos levantamos y uno a uno le fuimos dando mate tras mate hasta que, aburridos, nos quedamos dormidos. Luego se hizo de día, y pisamos la acera, y compramos algo dulce.

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